Jesús conoce todas
las crisis que has atravesado en tu vida, solo él te conoce desde el vientre de
tu madre. Solo él conoce tu niñez, adolescencia y juventud. Él sabe todas las
situaciones que has tenido que atravesar, y su llamado hoy es a que disfrutes
una nueva vida en él. A pesar de todas las situaciones difíciles a él le plació
que nacieras, el mismo te puso sobre esta tierra.
Él murió para darte
salvación, pero también murió para que vivieras una vida completamente diferente
en él. Su propósito es sanar todo tu
ser, llevarte a una plenitud de vida, ayudarte a soltar toda cadena o toda
atadura que haya aparecido por situaciones del pasado.
El hecho de que
hayas atravesado situaciones de rechazo, abuso sexual, maltrato, violencia
intrafamiliar, la muerte de uno de tus padres a temprana edad, rivalidad con
tus hermanos, amigos, miembros de tu familia, hambre, desnudez,etc. han
generado en ti situaciones de odio, rencor, amargura, resentimiento, todos
estos sentimientos dañan el avance en la vida cristiana. Sanar tu ser interior
es soltar todos estos sentimientos contrarios al amor y al perdón, pero tal vez
no lo logres en unas horas, necesitas una verdadera disposición para
alcanzarlo. Además debes reconocer que es indispensable sanar tu ser interior, aunque
duela debes identificar en que áreas de tu vida necesitas sanidad.
Lo importante es
que hoy reflexiones, dejes que el Espíritu Santo te muestre las áreas que aun
no le has entregado al Señor. Áreas en las cuales necesitas sanidad.
Muchas personas
dicen que cuando llegamos a Cristo es como si nuestra vida pasada se borrara de
nuestra memoria, pero la realidad es que cuando vivimos situaciones que nos
recuerdan el pasado, logra desestabilizarnos en nuestra vida espiritual.
No es pretender
vivir sumergidos en el pasado, el hecho es que aún no hemos mirado aquella
situación con detenimiento, nos ha dado miedo enfrentarla o recordarla.
Cuando llegas a
ejercer el ministerio, compartes con tus hermanos de la iglesia, empiezas una
relación de noviazgo o inicias tu matrimonio, es ahí donde empiezan a florecer
todos aquellos comportamientos que no concuerdan con la conducta que debe tener
un hijo de Dios.
Según lo anterior
las preguntas serian:
¿Necesito yo
sanidad interior así lleve tantos años en el evangelio?
¿Estoy dispuesto a
reconocer que necesito sanidad interior?
¿Estoy dispuesto a
reconocer aquellas áreas en las que necesito sanidad?
¿Estoy dispuesto a
soltar mis cargas en el Señor?
¿Estoy dispuesto a
negarme a mi mismo?
¿Estoy dispuesto a
permitirle al Espíritu Santo que muestre las áreas o situaciones en las cuales
necesito sanidad interior?
¿Estoy dispuesto a
conservar mi sanidad interior y evitar a toda costa entrar de nuevo en
situaciones que me lleven al odio o al rencor?
¿Estoy dispuesto a
dejarme ayudar por el Espíritu Santo para la próxima vez sanar inmediatamente
sea herido?
Hay tres cosas fundamentales en la sanidad
interior:
¿Qué es la autoestima?
Aceptación de mi
mismo, aprecio de mi mismo, aprender a reconocer que soy valioso, el concepto
que tengo de mi mismo. Mateo 19:19;
Mateo 22:39. Romanos 12:3.
¿Cómo me amo a mi
mismo?
R/ cuando no me
hago daño o permito que los demás me hagan daño Romanos 13:10
¿Me amo a mi mismo?
¿Tengo en cuenta
que he sido comprado por precio de Sangre?
¿Soy consiente de
que mi cuerpo es templo del Espíritu Santo?
¿Por qué levantar nuestra autoestima?
-Amarme a mi mismo
es clave para amar a otros y a Dios.
-Porque Jesús lo
dice claramente debo amarme a mi mismo.
-Porque mi baja
autoestima daña mis relaciones con los demás.
-Porque mi baja
autoestima me hace sentir incapaz de seguir y amar al Señor “no puedo soy un
pecador no lo merezco”, daña mi relación con Dios.
-No es creerme más
que los demás Romanos 12:3
¿Cómo perdí mi autoestima?
-He perdido mi autoestima porque
los demás me han desechado, me han rechazado o han hecho cosas en mi contra que
me han hecho sentir que no valgo
1 Corintios
1:26-29
-El pecado nos ha desviado del propósito
inicial de Dios “Creados a su imagen y semejanza” Gen. 1:26, el pecado daño el valor inicial que Dios nos concedió
¿Cómo levantar mi autoestima?
-Reconociendo que lo necesito
-Afirmándome en
Dios Filipenses 4:13“Todo lo puedo en
cristo que me fortalece”
-Siendo consientes de lo que
Jesús hizo en la cruz y así salir del pasado 2 Corintios 5:17
-Apartándome del
pecado que me hace sentir nuevamente rechazado por los demás y por Dios
-Declarar, vivir y
creer lo que Dios nos dice en su palabra.
-Entender que somos
valiosos para Dios Isaías 49:1
El perdón
Jesús es claro con
la necesidad de perdonar, lo cual no es una opción, es un deber un mandato más.
Mateo 18: 21; Mateo 6:14-15
El error es mirar
el perdón como algo sin importancia o que tal vez como algo que no acarrea
consecuencias Mateo 18: 32-35
Perdonar:
-Me hace libre de la autoculpa
-Me permite recibir
el perdón de Dios
¿Cómo perdonar?
-Reconociendo que
necesito perdonar
-Tomar la decisión
de hacerlo “hoy en este lugar tu vas a tomar la decisión de hacerlo,
permitiendo al Espíritu Santo que sane toda herida”
Cuando salgas de
aquí vas a accionarlo.
-Pedirle al Espíritu
Santo que traiga a mi memoria a aquellas personas que debo perdonar
-Orar a Dios para
que estas personas se dispongan a un proceso de sanidad conmigo
-Acercarme a las
personas que me han ofendido y si es posible buscar a alguien calificado para
que me ayude en el proceso de sanidad con otras personas
-Rechazar por
completo la falta de perdón hacia los demás y hacia mi mismo que quiera entrar
de nuevo a mi vida
¿Cómo
se que he perdonado?
-La relación es restaurada, hay
una reconciliación genuina con el agresor así como Dios lo hizo con nosotros 2Corintios 5:18-19
-Los recuerdos del
pasado no deben afectarme
-No debe salir a
flote el dolor del pasado o guardar aún sed de venganza
-Puedo orar
libremente por las personas que me causaron dolor
Un caso de perdón 2 Corintios 2:5:11
Cuando he perdonado
puedo:
Recibir
el amor y el perdón del Padre
1 Juan
2:15
Salmo 101
Vivir en armonía
con Dios
¿Cuántos hemos
vivido reconciliaciones con nuestro amado Señor?
Los seres humanos
somos tan complejos que en ocasiones no podemos mantenernos en paz ni con el
Señor. Él no se escapa de nuestras
pataletas y errores. Vivimos todo el
tiempo reconciliándonos con Dios, lo cual no es malo. Cuando nos equivocamos y fallamos a Dios,
entonces venimos humillados ante su presencia y como es lógico Dios perdona
nuestros errores.
Cuando sentimos el
perdón de Dios sobre nuestras vidas es glorioso, entonces viene de nuevo las
alabanzas a nuestros labios, el gozo, podemos orar, y nuevamente prometemos a
Dios, que esta vez si vamos a cambiar.
Esta situación se
ve claramente en un personaje bíblico tan conocido y particular, como David.
En el salmo 101,
David deja ver toda esta situación.
V1. Cuando nos reconciliamos con
Dios solo queremos contemplar el amor y la justicia, lo que realmente es nuestro
Dios. Entonces no soñamos con nada más,
la maldad no pasa por nuestra mente ni entra en nuestro corazón (esto parece
reconciliación de novios o esposos).
V2. Cuando nos reconciliamos con
Dios pensamos en cambiar, vivir como a Dios le agradaría que viviésemos (dejamos
al novio o novia inconverso, dejamos al amigo del mundo, decimos no mas rumba,
no más licor, no más rebeldía, mentiras etc...). Nos ponemos como de luna de
miel con el Señor. Prometemos a Dios una
conducta intachable, buen testimonio en la Universidad , colegio,
iglesia, trabajo, familia, etc.…
Nos proponemos no
fallarle más al Señor.
Anhelamos la visita
del Señor, nos postramos a orar durante horas esperando que el Espíritu Santo
nos visite, “Señor quiero sentirte como antes” o aún más.
Tomamos la decisión
de cambiar “porque sabemos que no es fácil cuando nos sentimos abandonados o
cuando sentimos que vamos a perder lo que más vale en nuestras vidas”.
Deseamos ser
íntegros de corazón: lo que pienso, digo y hago concuerdan.
Pero, en este
pasaje sucede algo interesante, David comprende que el cambio no debe quedarse
solo en promesas, anhelos, sino que debe accionarse. “LAS PROMESAS de CAMBIO DEBEN ACCIONARSE”.
¿Cómo accionamos
las promesas?
Tomando decisiones,
que van a cambiar radicalmente mi vida para agradar a Dios.
1. V3. Tomar la decisión de que mis anhelos, mis metas, mis propósitos no incluyan
la perversidad.
Según este Salmo
¿Quién establece
inclinarse por el bien o por la maldad?
¿Quien toma la
decisión de proceder o no?
Debo reconocer que
muchas cosas que me están pasando suceden porque he tomado la decisión de
caminar en la perversidad, ni siquiera el enemigo ha tenido que obligarme a
hacerlo.
Debo analizar con
cabeza fría lo que voy a hacer, pensar antes de actuar, pasar mis propósitos
por la palabra.
Revisar si en mis
deseos o metas hay perversidad.
David si que sabia
de esto… de la perversidad.
¿Cómo cristiano
puedo hacer cosas que incluyan perversidad (maldad)?
ROMANOS 1: 28-31
¿Practicamos
algunas de estas cosas los cristianos?
¿Puedo tener
control sobre lo que voy a hacer?
R/ se necesita el
carácter de Cristo, el que muchos no queremos dejar que se forme, porque duele.
Se necesita la
presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas (de forma intensa)
David entendió que
podía proponerse a no hacer cosas que incluyeran la perversidad, debía poner de
su parte para no fallarle de nuevo a Dios.
V4. Tomar la decisión de no darle cabida en mí a las intenciones de maldad
Desecharlas de
inmediato, ni siquiera contemplarlas.
2. V3. Tomar la decisión de no permitir a las personas
que influyan para mal en mi vida con sus acciones
David descubrió: lo
que hacían los demás estaba influyendo en su vida, en su toma de malas decisiones.
Es una realidad el
verse involucrado en las acciones de maldad que cometen los demás, si yo lo
permito.
Debo decidir no
involucrarme en los actos o conductas de los demás, que desagradan a Dios.
Juega de nuevo el
carácter.
“yo tomo la
decisión de aborrecer las obras de perversidad, más no a las personas”.
Rom. 12:9 “aborreced lo malo
seguid lo bueno”
No debo deleitarme
en lo que los demás hacen y se que desagrada a Dios.
V5. No debo participar en las perversidades de los demás
Decir no a los pecados consentidos
3. V6. Tomar la decisión de rodearme de los fieles de
Dios
¿Quiénes son los
fieles de Dios?
“los calumniadores, altivos y soberbios
(orgullosos) no me convienen, andan en camino de perversidad.
(Santiago
4:7 Dios resiste a los soberbios)”
Jóvenes: atención
con las amistades del mundo, los noviazgos con personas del mundo (Santiago 4:4...La amistad con el mundo
es enemistad contra Dios.
¿Quiénes te están
rodeando? ¿Quiénes te van a rodear?
Lideres: quienes te
rodean en el liderazgo
Después de detectar
a aquellas personas que me influyen para mal, también identifico aquellas que
me influyen para bien.
V7 y V8 Tomar una decisión es posible.
En estos versículos
el salmista deja ver su firmeza en la decisión
Cada mañana: deja
ver su perseverancia en la decisión tomada.
El salmista deja
ver su grado de autoridad sobre si mismo y sobre todo lo que tiene que ver con
su vida y lo que puede afectarle.
Dios espera de
nosotros que tomemos la decisión de vivir en armonía con él