Cuando Termina la Canción: Empieza la
Adoración
Imagina que estás en tu iglesia local. 300 personas han
llegado al servicio habitual y estas en
medio de la multitud. De la nada alguien toma el micrófono y dice:
“Hermanos y hermanas, vamos a Adorar
a Dios”
¡Es
maravilloso viene la música! , todas las personas allí se ponen de pie,
levantan sus manos y todos como un coro cantan una hermosa canción:
“… cuan
bello es el señor, cuan hermoso es el señor, cuan bello es el señor…”
Todo es perfecto, seguramente es la Adoración perfecta. Pero de repente, entra Jesús en persona al
lugar. ¡JESÚS EN PERSONA! , camina por el pasillo y toma el micrófono para decir amablemente;
¿Qué tal si quitamos la música?
Jesús debe estar haciendo una broma, ¿Adoración sin música?
¡Cosa de locos! , así que los ministros dejan sus instrumentos, desconectan el
sonido y apagan los bafles. En ese momento la iglesia se une como nunca antes
para cantar solo con sus voces:
“… la
belleza de mi señor, nunca se agotara, la hermosura de mi señor…conocen el
resto”
Hay tanta pasión y
tanta unidad, que ni siquiera puedes distinguir tu propia voz de las demás
voces aunque estés cantando con todo tu volumen ¿puedes imaginarte ese momento?
¡Maravilloso! Seguramente es esa la Adoración que impresiona a Jesús. Pero
Jesús no se ve nada sorprendido, y tiene razón, Jesús tiene millares de ángeles
que cantan por horas y horas solo para él, esto ya lo ha visto antes, no es lo
que busca. Así es que Jesús vuelve a hablar
diciendo:
“quitemos a las personas. 299 personas debes salir de este
lugar, no busco coros de multitudes, si la salvación es individual cuanto más
la Adoración. Esto es entre tú y yo.”
¡Has quedado solo tú en la iglesia y frente a ti Jesús en persona! No hay nadie más, no hay
quien te diga que bien o que mal lo haces, no hay público, no hay sonido, no se
puede ecualizar tu voz, no te puedes esconder en la multitud. Ahora ten en
cuenta que al maestro no se le impresiona con la ropa o con el apellido,
tampoco puedes sobornar a Jesús con la cantidad de dinero que traes para la
ofrenda. Jesús quiere tu Adoración.
¡Estas apunto de dar tu audición ante el ser más importante
del universo! Y Él ha venido solo para escucharte a ti ¡impresionante! Saber
que esta es la realidad de cada servicio y la iglesia prefiere servicios
costumbristas, tradicionalistas en blanco y negro, sin la magnitud que merece
el tiempo de Adoración. Así es que con todo tu valor te dispones a cantar para
Jesús:
“… ¡la belleza de mi
señor! ¡Nunca se agotara! ¡La hermosura de mi señor!...”
Esto definitivamente debe ser la “Adoración perfecta”. Se
necesita mucho valor para cantar a solas frente a Jesús. La sorpresa es que
Jesús aun no parece estar satisfecho, todavía no sonríe. Así que una vez más
alza su tierna voz para hablarte y decirte:
“Hijo, ¿Qué te parece si quitamos la canción? Dime que soy
bello y hermoso, pero dímelo en tus palabras. Yo creo que tú eres único, no me
ofrezcas lo mismo que todos ofrecen.”
Un paso más cerca a la verdadera Adoración. Jesús encontró lo
que buscaba, tu propia expresión, encontró tu corazón, tu tesoro. Si quitamos
la música, si quitamos a las personas, si quitamos la canción solo quedas tú, y
tú eres todo lo que busca Jesús. Míralo así, en la ORACIÓN nosotros buscamos a
Dios, pero en la ADORACIÓN es Dios quien nos busca a nosotros, leamos este
versículo:
“…Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los
tales el Padre BUSCA que le adoren. Dios es espíritu, y los que le adoran deben
adorarle en espíritu y en verdad…” Juan 4:23-24
¿Para que buscas unos zapatos que traes puestos? No necesitas
buscarlos, ya los traes puestos, Dios no busca lo que ya tiene, si la palabra
dice que El Padre BUSCA adoradores es porque aún le hacen falta. Dios mismo te
anda buscando, pero no solo tu canción, el padre busca lo que produce la
canción, lo que ocurre cuando termina la canción, el verdadero momento donde
solo estas tú.
¿Ahora puedes imaginarte un tiempo de Adoración sin Canciones?
Es la vida. La vida real. Cuando comprendes esto nunca vuelves a depender de un
ser humano, no importa si no hay guitarrista, la cantante no pudo venir, si
estas en otro país donde se habla otro idioma, estoy en un pueblo muy lejano,
sin templo, sin líderes, sin pastores, allí podrás adorar. Pierdes el miedo a
estar afuera porque comprendes que donde quiera que estas, la presencia de Dios
te anhela.
By Mateo Rendón.
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